De acuerdo con el diario El País, la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos aprobó una propuesta que considera internet como servicio público. Se trata de reglamentos que garantizan que las empresas prestadoras de servicios de internet no cobrarán a las compañías por una línea rápida.

Los proveedores de internet serán tratados ahora como si fueran compañías telefónicas tradicionales. Las nuevas normas prohíben que estos proveedores bloqueen o ralenticen injustamente el tráfico web en sus redes. También tira por suelo los acuerdos económicos a empresas de contenidos para garantizarles descargas más rápidas.