La riqueza natural y cultural de la península que albergara la cultura Maya aún tiene mucho que ofrecer, más allá de sus reconocidos puntos turísticos
Mérida, la Ciudad Blanca, la capital del estado que vio en el henequén su “petróleo verde”, la tierra elegida por Kukulkán para descender en cada equinoccio, para muestra del dominio que los mayas tenían en matemáticas, física y astrología; tiene aún mucho
por descubrir.
Así comenzó la aventura emprendida por el Consejo Nacional de Exportadores de Servicios Turísticos (Conexstur), para abrir nuevas rutas turísticas; que con el apoyo de la Secretaría de Fomento Turístico del Estado de Yucatán (SEFOTUR) están impulsando el desarrollo de cooperativas ecoturísticas en comunidades poco exploradas hasta ahora.
Son seis nuevas rutas que están listas para recibir al paseante, tanto en sus instalaciones, como por parte de un grupo de habitantes de cada región, quienes están certificados con la NOM-09, como guías turísticos capacitados.
Anillo de los Cenotes
Las raíces de un álamo esconden estos cristalinos cuerpos de agua; el descenso de aproximadamente cinco metros llega a una plataforma colocada sobre el cuerpo de agua en donde es posible sumergirse en profundidades de hasta 10 metros, todo bajo la corteza de la tierra. Comunidades como Chinkilá y Homún han abierto al público algunos cenotes, y cuentan con zona de vestidores, sanitarios y restaurante, así como préstamo de bicicletas.
Aventura en el manglar
Cerca de la costa yucateca, se localiza la comunidad de San Crisanto, una
de las zonas que se preparan para recibir al turista con este imponente paseo en el interior de las aguas del mangle, especie protegida por las autoridades, pues su función es purificar las aguas de la zona de manera natural. Una canoa recorre durante media hora este cuerpo de agua rodeado de la flora y fauna de la región, y llega hasta un cenote ubicado justo a la mitad del manglar. Un paseo que relaja y a la vez muy emocionante.
Miel y henequén
Los mayas eran grandes productores de miel, por lo que en la comunidad de Sinanché es posible convertirse en apicultor por unas horas. Con uniforme puesto, es fácil acercarse a las colonias de abejas y percibir de cerca el proceso de producción. Para los menos aventureros, la Hacienda de San Francisco Tzacalha, en el municipio de Dzidzantún, cambió su actividad henequenera por una hotelera: 18 cabañas para hospedares, en sus 150 hectáreas es posible andar en bicicleta, jugar, nadar o simplemente descansar.
Estas son algunas rutas que Conexstur integrará a las ya consolidadas en el estado. Por su parte Jorge Antonio Romero, director de infraestructura y productos turísticos de la Sefotur, comentó para Jet News que se impulsarán el turismo de aventura especializada, el turismo esotérico y el turismo de rituales.
Otras rutas desarrolladas por Sefotur son: