La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), el organismo estadounidense responsable de la investigación del espacio, se prepara para reanudar esta gesta desde suelo norteamericano de la mano de Boeing Corp. y SpaceX en el 2017
El 8 de julio de 2011 marcó un hito en la historia de la exploración espacial estadounidense: con el último vuelo del transbordador Atlantis, se cerraba un ciclo en la exploración tripulada de los Estados Unidos.
Las misiones subsiguientes con destino a la Estación Espacial Internacional habrían de realizarse a bordo de naves Soyuz rusas, con un costo por astronauta de 70 millones de dólares.
Sin embargo, esta dependencia tecnológica está por llegar a su fin. Para ello, la NASA anunció en septiembre de 2014 una importante inversión con dos empresas de reconocida trayectoria aeronáutica en los Estados Unidos: Boeing Corp. y SpaceX para desarrollar “los primeros taxis espaciales”, que llevarán astronautas estadounidenses y asociados a la Estación Espacial Internacional (EEI) y restaurarán la capacidad de los Estados Unidos para enviar al espacio sus tripulaciones desde suelo estadounidense por primera vez desde 2011, según expresó Charles Bolden, administrador de la NASA.
Salvavidas para la estación espacial
Cada nave espacial serviría como un «bote salvavidas» de emergencia para la tripulación de la Estación Espacial hasta por 210 días. Estos taxis están siendo diseñados y fabricados bajo los auspicios del Programa Tripulación Comercial de la NASA (PCCh, por sus siglas en inglés), con una inversión de 6.8 mil millones de dólares, correspondiendo 4.2 mil millones al CST-100 de Boeing y 2.6 mil millones al Dragon V2 de SpaceX, que cubre seis misiones tripuladas para cada una de las empresas.