Después de un periodo vacacional, regresar a la rutina es un proceso que en algunos casos llega a ser más intenso y produce molestias físicas y psicológicas
Luego de viajar, relajarte en la playa o simplemente descansar en casa es necesario un periodo de adaptación al entrar de nuevo en contacto con la rutina diaria. Para que dicho ajuste tenga lugar, el organismo pone en marcha una serie de respuestas físicas, cognitivas y comportamentales que ayudan a enfrentar las nuevas demandas. Este proceso, que es normal, en algunos casos se complica dando lugar a una sintomatología diversa que muchos denominan ‘síndrome posvacacional’.
Este padecimiento (por llamarlo de alguna forma) no tiene entidad clínica, puesto que no está incluido en los manuales diagnósticos de los trastornos mentales habituales. Es por ello que hasta el momento no es reconocido como enfermedad ni trastorno psicológico. Sin embargo, el conocimiento e incremento de la información sobre el mismo hace que, cada vez, sean más las personas que se reconozcan con tales síntomas
En la mayoría de las personas, la vuelta a la normalidad laboral no supone ningún trastorno sino al contrario, vuelven con ilusión a la actividad productiva, en especial quienes encuentran en el entorno laboral actividades gratas y creativas con un desarrollo de relaciones sociales satisfactorias.
Algunos de los síntomas que se asocian a esta nueva enfermedad son tristeza, apatía, insomnio, fatiga, trastorno del apetito, irritabilidad. Si éstos continúan más allá de unos días, puede aparecer un verdadero síndrome de ansiedad generalizada o un estrés crónico que requerirá tratamiento específico.
Consejos para hacer más llevadero el retorno al trabajo:
- Retomar los horarios de sueño y comidas. Es recomendable que una semana antes de acabar las vacaciones se reinicien estos hábitos, para que el impacto sea menor y evitar que el cambio sea de un día para otro.
- Volver al trabajo a mitad de semana. Para que la carga laboral no sea tan pesada, es bueno empezar por ejemplo en miércoles.
- Practicar algún deporte. Es bueno para la salud, pero lo importante es que ayuda a combatir el estrés. El ejercicio es uno de los mejores aliados para combatir la depresión posvacacional.
- No estar pendiente de la hora. Si estás continuamente mirando el reloj, el día se hará eterno. Por eso los primeros días habrá que quitar todos los relojes que haya alrededor para evitar verlos.
- Organizar otras actividades en el tiempo libre. Tener un pasatiempo que además de divertir ayude a combatir la ansiedad y el estrés. Dedicar un momento del día y realizar las actividades gratas.